Narrativa.

En mi cumpleaños me llegó esta "Narrativa. Acerca de las Hadas y otros seres fantásticos", de Alberto Pérez Visnapuu.
Espero sea de su agrado.


Silfos, Salamandras, Ondinas, Gnomos, Unicornios, Centauros, Faunos, Troles, los elementales en general conforman un mundo fantástico, visible para algunos pocos, -poquísimos- , y cuya única razón de su existencia es la de mantener el equilibrio natural.
Dentro de este universo paralelo, destacan las Hadas: criaturas verdaderamente fascinantes, hermosas, inteligentes, gráciles, etéreas. Son pequeñas, pero pueden realizar proezas sorprendentes, como las que se especializa un Hada en particular, la cual tiene el don de dominar a esas bestias peludas, pesadas y torpes llamadas Troles. ¿Cómo puede una criatura tan ligera, lograr que un mastodonte diez veces mas pesado que ella, haga alguna que otra gracia, (como buscarle café y agua)? Eso de muestra que una gran personalidad puede fascinar a cualquier criatura por muy Trol que sea.
¿Cómo reconocer a un Hada? Cuando veas a una mujer bellísima, perfecta, escuchando a Jethro Tull, esa es un Hada.

También las puedes reconocer por que las puedes pillar haciendo cosas que simples mortales no pueden, como sorber una bebida con el pitillo tapado.
¿Se puede atrapar un Hada? Sí, con la carnada apropiada, por ejemplo para atrapar ratones, la gente piensa que la mejor carnada es el queso, pero estos en realidad prefieren un buen trozo de chocolate, en el caso de las Hadas, con una dona rellena de jalea de fruta basta.
¿Las Hadas conceden deseos? Las Hadas si les cae bien algún mortal, pueden llegar a apadrinarlo, favoreciéndolo, o concediéndoles pequeños deseos. No hay forma de obligar a un Hada a que cumpla deseos, si lo hace es por la pura satisfacción de hacerlo.
Si un Hada te concede la gracia de hablar contigo, te dejará, como dice Lennon en su canción “She Said”: “And she's making me feel like I've never been born”, con esa sensación de que tu
nunca naciste, de que no has vivido, de que no has amado, de que no has sentido, de que te has perdido de gran parte de las cosas buenas de la vida, de que ¿por qué no conociste a un Hada antes?, de ¿por qué no creíste que las Hadas existían? . De que hay otro ser en este
universo que ya pensó lo que tú estas pensando, y por lo tanto no estabas loco.
Lo peor que le puede pasar a uno es enamorarse de un hada, ya que son amores irremediablemente no correspondidos, es algo verdaderamente terrible, enamorarte de algo que nuca podrás abrazar, tocar y mucho menos besar. No se puede andar tomado de las manos con un Hada, no se puede estrechar a un Hada cuando quieres dar o sentir cariño, no, no se puede, y como duele… que no se pueda… a si son las Hadas y tienes que aceptarlo, tienes que vivir con eso. ¿Enamoradas?, ¿Apasionadas? Puede que si, pero no conozco ningún mortal que sea merecedor del amor ni la pasión de un Hada. 

Lo mejor que te puede pasar es que mientras atraviesas la espesura del bosque en medio de la noche, la Luna y Marte en el zenit, la brisa escalofriante soplándote en tu rostro, tétrica
soledad, que amplifica al canto de los grillos, en ese escenario Goliardo, comienzas a percibir como un pequeño murmullo en el interior de tu mente se va poco a poco amplificando hasta que empiezas a discernir que es una especie de CANTATA la cual se convierte en tu único pensamiento: “Oh Fortuna velut luna statu variabilis, semper crescis aut decrescis; vita detestabilis nunc obdurat et tunc curat ludo mentis aciem egestatem, potestatem dissolvit ut glaciem. Sors immanis et inanis, rota tu volubilis, status malus, vana salus semper dissolubilis, obumbrata et velata michi quoque niteris; nunc per ludum dorsum nudum fero tui sceleris. Sors salutis et virtutis michi nunc contraria, est affectus et deffectus semper in angaria. Hac in hora sine mora corde pulsum tangite;quod per sortem sternit fortem, mecum omnes plangite!
El miedo se transforma en un éxtasis epopéyico – Orfferiano -, comienzas a dar pasos victoriosos –Wagnerianos-, un Hada esta
volando a un costado tuyo y te está bendiciendo con su canto, te esta protegiendo de las fuerzas tenebrosas que pululan en el bosque, te sientes como si hubieses bebido del Santo Grial, como si llevaras a Excalibur en la diestra, nada ni nadie puede detenerte. El mundo es tuyo, estas realizado, puedes llevar a cabo cualquier empresa que desees acometer. Estas seguro de que todo lo que haces, piensas y dices, es correcto. La sensación es tan grata que, podrías vivir así por el resto de tu vida. Que mientras en ningún lado encajabas, aquí cuadras perfectamente, sin esforzarte, siendo tu mismo.
Pero de repente, mientras abstraído dabas gracias de lo afortunado que eras, sin darte cuenta
todo al rededor se va tornando a cada paso que das, mas luminoso y cálido, el bosque, cada
vez se va haciendo menos denso, la vegetación cada vez mas rala, as desembocado en campo abierto, el sol hiere tus ojos, sientes como todo ese impulso y energías que traías, se escurren de tu cuerpo como un corrientazo, subiendo por tu espina dorsal.
Instintivamente, detienes la marcha, volteas, miras el suelo y vas levantando la vista, recorres con ella, la distancia que te separa de los árboles, que has dejado tras de ti, hasta fijarla
directamente sobre la mirada del hada, la cual se había detenido en el limite del bosque, en el
momento en que saliste de el.
Sus ojos, clavados en los tuyos, se ven tan nítidos, como si estuvieses a un paso de distancia, dejándote entrar a través de ellos hasta las profundidades de sus pensamientos, solamente, para que puedas comprender de esta manera que sus sentimientos, sus emociones, su amor y su pasión, se circunscriben, solamente a su mundo, en los limites del bosque. Y que no te va acompañar si sigues tu camino, pero estará esperándote, cuando vengas de regreso.
No quiere que te vayas pero tampoco te pide que te quedes.
No podrás sacártela de tus pensamientos, e impaciente esperaras el día, en que un hada, esas criaturas verdaderamente sorprendentes, te guíe hacia sus predios y te conceda la gracia de volver a ser feliz.
Silfos, Salamandras, Ondinas, Gnomos, Unicornios, Centauros, Faunos, Troles, se fueron reuniendo entorno al hada, aquel día y se despidieron de mi.

Fin.